No puedo ignorar lo que mis sentidos perciben; son cosas que trascienden y que atañen a las convicciones que se supone forman parte de mi idiosincrasia como cristiano evangélico que digo ser y, que por cierto no lo demuestro con mis acciones que dejan mucho que desear, constituyéndose en afrenta para mis padres, mis hermanos en la fe, mis líderes religiosos y tantas otras personas que esperan un comportamiento ejemplar de mi persona.
En fín, lo anterior no representa para mí mayor problema, de ahí que en algún momento he hecho y dicho cosas indecorosas en presencia de gente que me ha visto en un templo evangélico; lo que sí, es que el gran ofendido en todo esto es el SER SUPREMO, EL SOBERANO, DIOS, el Dios de los cristianos, en el caso particular, el DIOS de los evangélicos, mi Dios.
Ciertamente como humano comparto con los de mi especie una variedad de tendencias que están en conflicto con los principios inculcados en el contexto evangélico. Oportunidades para procurarse placer las hay en todas partes; oportunidades para emborracharse con los cuates y cuatas, fornicar, drogarse, siempre y cuando uno cuente con el recurso económico necesario para el efecto.
Como sea, que uno no aproveche tales oportunidades ya es asunto muy personal, ya por dejadez o, si se es evangélico por convicciones que no concuerdan con tales prácticas uno deja pasar tales oportunidades para ser como el grueso de la población; los perdidos, esos pobres que no tienen a Dios en su corazón y, que solo piensan en placeres, vanidades, prestigio y tantas otras cosas materiales.
Sin embargo, cuando alguien no desaprovecha tales oportunidades es cuando surgen serias dificultades, dificultades capaces de menoscabar amistades de años.
Sorprende el número de casos de APOSTASÍA que he visto en estos últimos años, si, Apostasía… La apostasía impera.
Partiendo de esa premisa, no es descabellado pensar que este perdido mundo va en picada, camino a la destrucción… El fín es inminente.
Homosexualidad, carnalidad, violencia de todo tipo, satanismo, corrupción, homicidio, drogadicción, fornicación, adulterio, etc., etc…
Lo peor que puede pasarle a uno como “evangélico” que es, es ver que uno de los que decían pertenecer a la causa de Jesucristo, de pronto actúa como los que viven sin Él.
Hijos e hijas de pastores evangélicos divorciándose y juntándose con alguien que apareció quizá ofreciendo algo mejor que el(la) ex-esposo(a) y, desde luego contando con la aprobación y hasta la alabanza de los padres, como si eso fuera algo encomiable.
Fornicación entre los más jóvenes, cuando se te prohíbe estrictamente hacerlo.
Una vez hecho y dadas las consecuencias que por lo general termina en un embarazo que se constituye en la alegría de los padres y en consecuencia de la infractora; uno se pregunta ¿Qué estaba pensando cuando lo hizo?... Irrisorio resultará para muchos que yo pregunte semejante barrabasada.
Justamente antes de empezar la presente nota me encontraba conectado en el Messenger y coincidí con una “amiga” a quien no saludaba desde hacía rato y que después del intercambio de saludos me dice: -“Adivina que”… “Voy a ser mamá”… Quizá lo dijo esperando que yo la felicitara, puesto que el ser madre representa una dicha incomparable a la mujer, al menos en la mayoría de los casos; sin embargo yo, en un principio me resistí a creerlo, y se lo manifesté, ante lo cual ella sin titubeos procedió a ahondar en detalles de la reacción de sus progenitores, la fecha para el esperado evento etc., y lo que me pareció gracioso es que ella quería que yo le preparara presentes para la fecha en que ella daría a luz.
¿¿¿¡¡¡¡QUEEEEE?????!!!!! Burda manera de hacer comedia con algo tan delicado. (Aclaro, por fortuna nunca me enamoré de ella, de haber sucedido probablemente estuviera embriagándome en lugar de escribir esta nota, tampoco la estoy juzgando; simplemente hizo algo que no es nuevo en el contexto evangélico, en el que no hacerlo pareciera que se ha vuelto anticuado).
En apariencia esta mujer quería que yo la agasajara por algo que está estrictamente prohibido para alguien que se supone profesa la fe evangélica; esperaba felicitaciones de mi parte.
Como sea, el hecho es que; si los hijos de pastores hacen lo que les da la gana con su cuerpo, ¡Cuánto más alguien que no tiene como padre a un pastor!... Ni mi familia está exenta de algo semejante, de ahí que mi propia hermana esté saliendo con un tipo que tiene compromiso con una mujer que le entregó su cuerpo y que hasta le dio una hija.
Los bastardos aumentan, las alimañas como yo, cuando tienen oportunidad se embriagan y hasta se drogan, hablan obscenidades; dejan de congregarse con los hermanos de causa, otros acuden a antros de mala muerte, fiestas en las que los excesos son la norma, y en los que la fornicación es el platillo fuerte, etc., etc…
Una cosa es evidente, lo establecido en las SANTAS ESCRITURAS, está siendo ignorado por los que se supone nos dejamos regir por ella y en lugar de procurar ser luz en medio de la oscuridad, nos empeñamos en emular a los que están perdidos y viviendo sin Dios que, en su momento juzgará las acciones de toda la especie humana.
El infierno, que para muchos es algo sacado de algún cuento como el de Blanca Nieves y los 7 enanos; espera a un número inconmensurable de almas que hoy por hoy, “gozan de la vida” y; ante ello mostramos indolencia de tal suerte que nos igualamos a ellos y “Queremos vivir la vida”.
LA APOSTASÍA IMPERA… EL FIN DE ESTE PERDIDO Y CAÓTICO MUNDO ES INMINENTE.
TENGA DIOS PIEDAD DE SERES ABOMINABLES COMO NOSOTROS… MEJOR NOS HUBIERA SIDO NO HABER NACIDO JAMÁS…